Mucha gente que ama el arte, se pregunta, ¿cómo hemos llegado a que nos quieran imponer como arte, algo tan degenerado y depravado artísticamente? Tras ver, lo que nos muestran actualmente grandes ferias internacionales de arte, algunos galeristas de postín, y muestras varias de entidades oficiales, comisariados por personas supuestamente preparadas.
La respuesta bajo mi modesta óptica, no dejando de ser subjetiva, pues las opiniones en arte son siempre controvertidas, es la siguiente:
Ateniéndonos a hechos objetivos. Tras los múltiples ismos desde principios del siglo XX y con un eclecticismo total se llega al arte moderno, pero es a partir de los años 70 cuando explota el arte posmoderno, el cual carece absolutamente de planteamientos éticos y estéticos, resultando un arte puramente conceptual e intelectual, con una clara influencia del dadaísmo(donde estaban en contra de cualquier norma prestablecida) y mucho del movimiento Fluxus( donde consideraban que todo es arte, que todo vale y que cualquiera puede considerarse artista) Al ser algo que busca más el apoyo en la elucubración intelectual que en la obra en sí, es muy susceptible en la mayoría de los casos, a que el discurso que pretende justificar dichas obras, parta de un sofisma muy adornado, pero apartado de la realidad tangible de la obra, tratando de poner en valor obras que no se pueden defender con una lógica fundamentada en el buen hacer, tanto artístico como crítico. Así pues el “Bad painting”(pintar mal) con una mezcla de neoexpresionismo , han desembocado en el arte posmoderno, en el anti arte, y en esto tienen una gran responsabilidad los comisarios, curadores, galeristas y grandes gurúes del arte, que acompañados del poderoso marketing, confunden e intoxican a muchas gentes, influyéndolos de mala manera, estos seudoartistas reinterpretan la realidad que les rodea, con repetición de imágenes anteriores que pierden así su sentido, la repetición es el marco del arte en el arte mismo, asumiendo el fracaso del arte y su compromiso e incapacidad del arte para transformar la vida.
Sin embargo existe una mayoritaria disociación o divorcio entre este tipo de artistas y la sociedad en general, quedando este arte para consumo de snobs adinerados e ingenuos con el gusto distorsionado por influencias perversas.
Pedro Ortiz Olivas
(Editorial del mes de mayo de 2018 de la Asociación de Artistas Alicantinos)
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